Las carencias en nutrición que ponen en riesgo la salud de las mujeres deportistas
Adaptar la dieta de las mujeres deportistas a sus necesidades es esencial para proteger su salud y su rendimiento.
Los pocos estudios que hay específicos para mujeres en este campo revelan que muchos entrenadores y expertos en deportes desconocen las recomendaciones.
Comer más alimentos ricos en hierro, consumir más calcio y vigilar los niveles de vitamina D son algunas de las recomendaciones para las mujeres deportistas que se extraen de un estudio elaborado en el marco del máster universitario de Alimentación en la Actividad Física y el Deporte de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) por científicos de la misma universidad, junto a la Universidad Internacional Isabel I de Castilla, la Universidad de Murcia y la Universidad de Granada. El estudio se ha publicado recientemente en la revista científica de acceso abierto Archivos Latinoamericanos de Nutrición (ALAN).
Mediante un metaanálisis de 42 artículos científicos publicados entre 2012 y 2020, la investigación revela que algunos problemas como el déficit de energía o la carencia de algunos micronutrientes son comunes entre las deportistas, lo cual no solo repercute en su rendimiento, sino que pone en riesgo su salud.
«Cada vez el deporte está más de moda, así que hay que asesorar a los deportistas profesionales y a quienes hacen deporte como afición», dice la investigadora Anna Bach-Faig, del grupo FoodLab, y directora del máster de Alimentación en la Actividad Física y el Deporte de la UOC. «No solo para mejorar el rendimiento, sino también para preservar la salud».
La enfermedad de la tríada
Entre los problemas de salud que aparecen ligados a las deportistas destacan la osteoporosis, la amenorrea y la falta de energía, tres dolencias que cuando cursan conjuntamente se conocen en la literatura científica como la enfermedad de la tríada. Según el estudio, se trata de uno de los trastornos más frecuentes derivados de la inadecuada nutrición de las deportistas. Sin embargo, a pesar de su prevalencia, muchos entrenadores, médicos o responsables deportivos todavía la desconocen.
«Hasta ahora ha habido muy pocas investigaciones que se ocuparan de las necesidades específicas de las mujeres que hacen deporte», explica Miguel Mariscal-Arcas. «Pero su fisiología y su composición corporal son diferentes, por lo que es necesario identificarlas y darlas a conocer», sostiene el líder del artículo, profesor colaborador de la UOC e investigador de la Universidad de Granada.
Por ejemplo, la mayor necesidad de hierro está asociada a las menstruaciones, y el calcio y la vitamina D son esenciales para evitar el desarrollo de la osteoporosis, una enfermedad a la que son más propensas las mujeres.
Otros nutrientes que se identifican como problemáticos para las deportistas por las mayores cantidades que necesitan en comparación con la población global son el magnesio, el ácido fólico, la vitamina B12 y las proteínas. Entre estos, el magnesio aparece como el más preocupante, pues es el que se presenta más a menudo con déficits, y las proteínas, como el que menos riesgos de déficit implica, ya que en todas las investigaciones las deportistas consumían una cantidad superior a la recomendada, lo cual a su vez puede provocar problemas derivados de su exceso.
En cuanto al déficit de energía, muy común también en las deportistas, afecta en gran medida, además de la salud, al rendimiento. Conocer, por tanto, las necesidades energéticas de las deportistas según el deporte que practican, sus características y la temporada en que lo practican es fundamental.
«Identificar estos déficits y corregirlos es clave tanto para mejorar el rendimiento como para prevenir los riesgos de salud de las mujeres que hacen deporte», comenta Bach-Faig, que ha publicado, junto a la investigadora Laura Esquius de la Zarza, otro libro dedicado a este ámbito: Personalización y nuevas tendencias en alimentación deportiva. «Revisiones como este estudio permiten tener una visión más global de la situación».