Inteligencia artificial para mejorar la salud mental de los niños con enfermedades crónicas graves

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Aimentia, empresa emergente impulsada por la UOC, desarrolla una tecnología que genera hipótesis sobre el diagnóstico de los pacientes con datos sintomáticos y personales.

La inteligencia artificial ayuda a personalizar terapias y a prever la evolución de los pacientes.

Edgar Jorba, estudiante del grado de Ingeniería de Tecnologías y Servicios de Telecomunicación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), fundó la empresa emergente Aimentia con el objetivo de mejorar el diagnóstico y la atención a las personas con problemas de salud mental. «Me generaba un fuerte enojo ver cómo grandes profesionales no tenían recursos para mejorar su rendimiento y la atención a los pacientes, en un entorno en que la subjetividad no podía ser contrastada y los manuales quedaban anticuados». El objetivo de la empresa emergente es llevar la atención a la salud mental hacia un entorno moderno y digital, en el que los diagnósticos y los tratamientos se basen en datos objetivos: «el 50 % de los pacientes reciben un diagnóstico o tratamiento erróneo. No hay herramientas que permitan una intervención de calidad y validada fuera del escenario presencial», explica Jorba.

Aimentia propone un modelo en el que se recogen datos de los pacientes (síntomas, situación familiar, etc.) con la ayuda de la tecnología. Con los datos —disociados y anónimos—, un sistema inteligente genera hipótesis que hacen posible reconocer el estado del paciente, las diferencias entre tratamientos en personas con el mismo trastorno y otros patrones que permiten, con la aplicación de técnicas de inteligencia artificial (IA), personalizar la terapia y prever tendencias de evolución. «Creamos un lenguaje de programación que permite transformar los datos de los pacientes a un mismo lenguaje de síntomas, de forma que se convierte en un estándar que pueden utilizar todos los profesionales de la salud mental. Además, todas las actuaciones de la IA son dirigidas y supervisadas por los profesionales médicos que trabajan en la clínica virtual. La información y las sugerencias de tratamientos llegan a los profesionales, que son los que hacen la última interpretación e intervienen a partir de estas contribuciones».

Un instrumento para medir el sufrimiento en niños y adolescentes en cuidados paliativos

La empresa emergente participa en un estudio para diseñar y validar un instrumento que ayude a evaluar el sufrimiento de niños y adolescentes con enfermedades crónicas o avanzadas y necesidades paliativas. Este estudio está liderado por Daniel Toro, psicólogo adjunto en el Área de Salud Mental del Servicio de Atención Paliativa y Paciente Crónico Complejo del Hospital Sant Joan de Déul de Barcelona.

«Trabajamos para disminuir el sufrimiento de los niños y que se adapten, junto con su familia, a la nueva situación. Se trata de intentar que la comunicación sea lo más eficaz posible, porque se ha visto que se obtienen mejores resultados en la salud, tanto de los niños como de los padres». Toro explica que las líneas de innovación del servicio se enfocan enla evaluación del uso de tecnologías digitales en salud mental. Las herramientas de Aimentia nos permiten poder detectar precozmente situaciones provocadas por la enfermedad —y que a menudo no detectamos a tiempo— para poder intervenir. En un futuro también nos puede ayudar a tener una visión de cómo influye la salud mental de cada miembro de la familia en la salud de los otros».

En el estudio han participado diecisiete niños y adolescentes de más de ocho años con necesidad de cuidados paliativos y sus familias, con previsión de que aumente la participación hasta cien menores. A diferencia de los adultos, actualmente no hay herramientas suficientes para medir el sufrimiento de los niños en esta situación, y se han hecho pocas investigaciones para examinar el impacto de la enfermedad, el tratamiento y la muerte próxima en el bienestar psicológico de los niños y sus familias. Los niños con enfermedades potencialmente mortales experimentan síntomas de depresión y ansiedad, nerviosismo e irritabilidad, que a menudo no se diferencian de los síntomas físicos provocados por la enfermedad. Según Toro, «se trata de una situación cambiante a medida que evoluciona la enfermedad y en la que hacen falta instrumentos fiables y no invasivos que detecten y monitoricen los cambios para que los profesionales podamos actuar de manera adecuada».

Salud mental y pandemia

«El potencial de las herramientas de la empresa emergente ha quedado demostrado en un proyecto que se ha llevado a cabo durante la pandemia de la COVID-19», asegura el emprendedor Edgar Jorba. «Hemos registrado una media de tres síntomas nuevos en pacientes durante el confinamiento. Estos datos fueron integrados en el sistema en menos de tres meses, mientras que tradicionalmente se tarda hasta seis años en publicarlos en los manuales clínicos. Nuestra sociedad evoluciona muy rápido, y debemos tener la misma agilidad para poder dar la ayuda en el momento en que se necesita».

En el estudio del Hospital Sant Joan de Déu, Aimentia colabora con asociaciones de pacientes en salud mental, como la Asociación por la Innovación en Salud Mental y Educación a través del proyecto PerspectivaMente, para adecuar las herramientas tecnológicas a las diferentes franjas de edad de los niños y sus necesidades. El objetivo es mejorar la adhesión al proyecto, utilizando herramientas como la ludificación y, sobre todo, creando un espacio confortable para ellos. La tecnología también ofrece una clínica virtual para que los profesionales del Hospital Sant Joan de Déu puedan hacer el seguimiento a las familias.

Aimentia fue el proyecto ganador de la jornada anual de emprendimiento de la UOC del 2020, la SpinUOC, impulsada a través de la plataforma Hubbik.

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