La realidad virtual ralentiza los efectos del Alzheimer

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La adopción de técnicas de realidad virtual o videojuegos ayuda a que las neuronas funcionen bien durante más tiempo.

Para el Día Mundial del Alzheimer, que se celebra el próximo 21 de septiembre, expertos de la UOC, explican la influencia de la realidad virtual en el Alzheimer.

El Alzheimer borra de la memoria lugares y recuerdos. Pero gracias a las técnicas de realidad virtual, que mezclan imágenes, sonidos e incluso sensaciones, hoy, un enfermo puede revisitar la playa donde tantos veranos ha pasado, la calle donde ha trabajado o el antiguo barrio donde ha vivido. Estudios médicos y publicaciones en revistas especializadas, como el que ha aparecido recientemente en Wired.com, demuestran cómo la realidad virtual puede ser una herramienta útil para los enfermos de Alzheimer. El profesor de neurociencia de los Estudios de Ciencias de la Salud de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), Diego Redolar, destaca que la aplicación de estas técnicas puede ayudar a los pacientes en etapas tempranas de la enfermedad, puesto que podrían retrasar el adelanto.

Redolar explica que en las fases iniciales de esta demencia neurodegenerativa, el paciente tiene pérdidas de atención y de memoria puesto que las primeras neuronas que empiezan a morir son las relacionadas con estas funciones. «Estimular esas funciones es muy positivo para el resto de neuronas que todavía están vivas y hace que la enfermedad no avance tan rápidamente», subraya el experto.

Redolar compara los resultados de estas técnicas de realidad virtual con la actividad mental que ha tenido el paciente a lo largo de su vida, lo que él denomina reserva cognitiva. «En una persona predispuesta genéticamente a sufrir Alzheimer o con más factores de riesgo, pero que ha tenido mucha actividad mental a lo largo de su vida, los síntomas podrían aparecer más tarde, pues la reserva cognitiva le permite afrontar los cambios cerebrales provocados por la enfermedad minimizando sus manifestaciones clínicas», explica. Ocurre lo mismo si se aplican técnicas de realidad virtual en fases iniciales, la evolución podría ser más lenta, explica.

Según el experto, investigador del Cognitive Neurolab, la realidad virtual es también «una alternativa muy prometedora» desde el punto de vista emocional y afectivo del paciente. Ello es así porque las neuronas de la región del hipocampo, una de las primeras estructuras cerebrales dañadas en la enfermedad de Alzheimer, son muy importantes para el estado de ánimo de las personas. «La conectividad del hipocampo con otras estructuras no funciona correctamente y esto puede provocar efectos nocivos sobre el estado de ánimo», afirma. La adopción de técnicas de realidad virtual o videojuegos ayuda a que las neuronas funcionen bien durante más tiempo, afirma el experto.

Sin embargo, el profesional subraya que las técnicas tienen efectos sólo al inicio de la enfermedad. «En fases más avanzadas, cuando ya no quedan neuronas implicadas en el aprendizaje o la memoria y la atrofia cerebral es más generalizada, los estímulos no servirán de nada», explica.

Al margen del déficit de memoria, en las etapas tempranas de la enfermedad se puede detectar un déficit de expresión y comprensión de órdenes complejas, problemas a la hora de denominar cosas y tendencia a participar cada vez menos en las conversaciones familiares.

Investigaciones recientes

Es precisamente en esas fases iniciales de la enfermedad o en fases previas de diagnóstico donde se centran la mayoría de estudios sobre realidad virtual y demencias que existen actualmente. El Hospital de Niza ha hecho un ejercicio con varios pacientes con demencia y pérdida parcial de memoria con herramientas de realidad virtual. El objetivo del estudio era aumentar la concentración y mejorar la actitud de los pacientes con Alzheimer, que en fases tempranas de la enfermedad pueden cursar cuadros de ansiedad, depresión, irritabilidad o apatía. Investigadores del Instituto Tecnológico de Castilla-León han diseñado un dispositivo basado en la tecnología de la realidad aumentada que alerta a los usuarios sobre posibles situaciones de peligro, tareas del día a día o les ayuda a encontrar los medicamentos.

Otras universidades trabajan con la realidad virtual para prever la posibilidad de sufrir demencias en un futuro. Por ejemplo, un estudio del Centro de Enfermedades Neurodegenerativas de Bonn demuestra que la mayor o menor habilidad de jóvenes a la hora de recorrer un laberinto virtual puede ayudar a prever la posibilidad de que en un futuro lejano pueda sufrir Alzheimer. Y el Instituto Milenio de Neurociencia Biomédica de Chile ha hecho una investigación para analizar signos precoces de la enfermedad por medio de un ejercicio de realidad virtual que consiste en nadar en una piscina hasta conseguir encontrar una plataforma oculta.

El profesor de la facultad de Ciencias de la Salud de la UOC destaca también la función de otras tecnologías digitales como los videojuegos para mejorar las capacidades cognitivas de personas de edad avanzada. Un grupo de profesores de la facultad de Ciencias de la Salud de la UOC, entre los que está Redolar, han realizado una revisión sobre los efectos neuronales y de comportamiento de los videojuegos. El análisis de estos expertos concluye que sí existe un beneficio importante en temas de atención, control cognitivo, habilidades visuales y espaciales.

La realidad virtual en otros campos médicos

El profesor de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicaciones de la UOC y experto en realidad virtual, Pierre Bourdin, destaca la eficacia de la realidad virtual en diferentes campos médicos más allá de las demencias como por ejemplo en el ictus, el Parkinson, la rehabilitación o en situaciones de estrés postraumático como las que viven los militares que han participado en conflictos bélicos.

Bourdin recuerda que el objetivo de la realidad virtual es permitir que una persona pueda llevar a cabo una actividad cognitiva, sensorial y motora en un mundo creado digitalmente. Ese mundo puede ser una réplica del entorno real o un entorno imaginario y, opcionalmente, el usuario puede tener su propia representación gráfica, lo que se denomina avatar. La herramienta que permite disfrutar de la realidad virtual es una especie de gafas o cascos que contienen una pantalla de móvil dividida en dos partes. «Cada parte presenta al usuario, con un sistema de lentes, una imagen para cada ojo, creando la ilusión de profundidad mediante una imagen estereográfica», explica Bourdin, que destaca las ventajas de las terapias con realidad virtual ante las convencionales.

Por ejemplo, el hecho de cambiar de entorno y poder variar los ejercicios, permite mejorar la motivación del paciente y sacar más partido de los ejercicios de rehabilitación. También lo considera muy útil en el caso de fobias o trastornos y en EE. UU. ha sido utilizado en niños o veteranos de guerra que han sufrido quemaduras. Bourdin explica que cuando la enfermera les cambiaba los vendajes y les aplicaba el tratamiento, los niños se ponían las gafas para jugar en un mundo virtual. En el caso de los veteranos de guerra, los pacientes entraban en un mundo virtual frío lanzando bolas de nieve a muñecos de nieve, iglús, robots y pingüinos virtuales. Resultado: los pacientes, tanto los niños como los veteranos, tenían menos dolor.

Finalmente, el experto informático señala que esta herramienta también se utiliza en la formación de cirujanos que hacen operaciones mínimamente invasivas.

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